Educación participativa, empresa participativa, política ¿ ?


-Para educar hace falta toda la tribu- José Antonio Marina.

El Siglo XX nos dejó un nuevo paradigma en el desarrollo y educación de los niños. Los futuros ciudadanos, dicho sea de paso. 
Padres y educadores han dejado de ser "la verdad" y pasan a ser exploradores que descubren a los niños la mejor forma de encontrar su propia camino. Todo ello en un marco de libertad, que nada tiene que ver con que no se ejerza la autoridad. Y es que participar, es decir, aportar ideas y tomar decisiones convierten al educando en un sujeto activo, tanto o más que el educador. 


En la empresa el proceso es análogo. El liderazgo autocrático está de capa caída, porque salvo en situaciones de respuesta rápida, no consigue mejores resultados. La creatividad y la innovación, provienen de la posibilidad de participar. Por eso un buen jefe que también quiera ser un buen líder, descentralizará la toma de decisiones, potenciará la comunicación ascendente y el trabajo en equipo.

En lo que a política en España se refiere, no hay evolución. A pesar de que no ocurre como en la educación donde hay personas maduras (educadores) y (educandos) personas por formar, ni tampoco como en la empresa donde alguien tiene la autoridad que confiere la propiedad, la política española sigue rigiéndose por una democracia indirecta o basada en la representación como cuando no era posible operativamente una participación real de los ciudadanos. Ciudadanos maduros, al menos legalmente, y propietarios reales de la nación que no pueden decidir. 
Como dice Wikipedia, la Democracia se caracteriza porque  "la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros".
Al oír la mención de Suiza como paradigma de la consulta popular para decisiones de toda índole, algún político, de esos que tienen el cargo de representante, refuta este modelo diciendo que la democracia directa no tiene porqué se mejor que la democracia representativa.. Pero ¿acaso le mejor decisión no es la tomada y aceptada por todos? No hace falta que la decisiones tengan el mejor resultado, lo que si es importante es que todos participen, si es que se puede, porque es donde la persona toma una verdadera dimensión. La de la igualdad entre humanos. Lo contrario sería pensar que el gobierno de unos pocos y supuestos ilustrados podría llevarnos a un mejor destino común. En otras palabras, una Oligarquía.

La administración electrónica, ha servido para sumar el estado a la moda de la tecnología, pero no ha respondido, todavía, a su principal contribución a la democracia: la participación directa. Si es por falta de posibilidad tecnológica fiable o por falta de voluntad política es un debate que cada tiene menos interés, porque más pronto que tarde esta situación deberá tender a la participación de todos

En España, más de tres décadas después de consensuar una constitución democrática, sólo se ha modificado una vez de forma estrictamente procedimental. No sería exagerado decir que más del 50% de los españoles ni siquiera es consciente de ello.

En pleno mes de agosto de 2011 la mayoría política se pone de acuerdo en una noche y al día siguiente anuncia una reforma exprés de la constitucional en el plazo de unas semanas. Y todo porque "los mercados" a través de las instituciones comunitarias piden/imponen, a gusto del lector,  gestos de seguridad para sus intereses; rentabilidad, beneficios, cash o parné. De lo contrario una agencias de calificación, empresas privadas con intereses privados, pueden decir algo malo y un país como España podría ser hostigado por los mercados.

Argumentos simples y populistas como que "no se puede gastar lo que no se tiene", lo que es muy conocido por alto porcentaje de la población en España. Salvo que esas mismas personas cuando ya no tienen recursos necesitan pedir a amigos, familia o bancos. No es posible dejar las medicinas, dejar de comer o tener un techo. O si es posible, pero no es humano.

Desde los años setenta, los partidos mayoritarios, que son dos, se reparten más del 90% de las instituciones públicas españolas entre gobierno locales, provinciales, autonómicos y nacional. En este tiempo los casos de corrupción política siguen vigentes, pero lo peor es que los casos de desmanes políticos sin responsable son numerosos y la sociedad española los acoge con ¿resignación?. Sirva el ejemplo de caras  infraestructuras como al menos 4 aeropuertos sin vuelos o líneas de alta velocidad suspendidas por faltas de pasajeros.En este tiempo no se les ocurrió gastar responsablemente el dinero público (dos partidos) o hacer un grandilocuente Pacto de Estado  de los que se hacen para eso en los todos debemos arrimar el hombro. Ahora deciden auto-impornérselo nada menos que cambiando la constitución para que perdure todo lo posible en el sistema político.

Este simplismo de argumentos sirve para saltarse la esencia democrática en una doble vertiente. 

- En la forma, sin avanzar hacia un modelo más participativo. Por primera vez en España hay importantes manifestaciones para pedir la posibilidad de decidir entre todos. Sólo de decidir o participar.
- En el fondo, ya que una reforma la Carta Magna  de futuro iría en la dirección de asegurar el bienestar de los ciudadanos, de todos los ciudadanos. Y cuando los ciudadanos no tienen más recursos deben que endeudarse. No hablemos de las empresas que no podrían crecer y progresar sólo con financiación propia.
No entendemos un mundo sin bancos porque son necesarios para el progreso ¿Entonces por qué no cumplen su función?. En vez de fijar un "suelo de gasto", el presupuesto mínimo indispensable para cubrir los servicios públicos que obtiene a través de la contribución de los que más tienen (es fácil de decir pero es que es fácil de hacer en democracia), se fija un techo de gasto: ante la escasez de recursos se recortan servicios. El drama es que estos servicios insignificantes para unos pocos son vitales para muchos. 

Drama para unos en el corto plazo y en el largo una sociedad menos democrática. "No hay democracia si gobiernan los mercados" dice el movimiento15M. Y en este caso, estaremos de acuerdo en que no es una soflama más. 

En 2011, los ciudadanos somos más responsables que nunca en la historia de forma colectiva y directa de nuestro futuro. En este momento  el poder todavía está en manos de los ciudadanos, a veces disfrazados de consumidores, que pesan lo suyo, personas al fin y al cabo. 
Hace tiempo que comenzó a trasvasarse del poder de la política a la economía pero ni es total, ni irreversible. El caso es que "los que son más" se están poniendo de acuerdo en todo el mundo aún siendo muchos y muy diversos, en algunos aspectos en los que, "los que son menos y tienen el poder" no supieron asegurar el único desarrollo posible, aquel que tiene al ser humano en su centro.